Proveniente de Pensilvania, Jenny Cerda fue a la primaria «Foro 8. Profesor Alfredo Bofil», de la colonia Residencial Española, a pedir que le dieran oportunidad a su hija de entrar de oyente a clases, ya que por motivos de salud estarán medio año en Monterrey y no quería que perdiera el ambiente educativo.
Sin embargo, la directora, Rosalba Hilda Martínez, las rechazó al calificarlas de «deportadas» pese a que ni siquiera están en ésta condición, pues tienen doble nacionalidad.
Sabemos que muchas personas están regresando de allá, ella usó un término muy despectivo, nos dijo: ´ah, otras deportadas´, a lo que le contesté que no podía usar ese término y mucho menos enfrente de mi hija, porque violenta el derecho del niño, todavía me empezó a decir enfrente de la niña que así nos trataban allá», expresó Cerda.
La madre de familia ofrecía que a cambio de entrar de oyente, ella y su niña ayudarían a otros alumnos con las clases de inglés, pero la directora respondió que no las necesitaban.
Que no necesitaba gente que hablara inglés-español, que ella tenía muchos alumnos en ese recinto que hablaban inglés y que podían traducir a las personas que vinieran de Estados Unidos.
«Se portó muy mal y es una lástima que una persona que representa una institución educativa haga ese tipo de afirmaciones», afirmó.
Por llamarlas así y negarle educación a su hija, Cerda interpuso una queja ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Se animó a proceder porque se enteró que la profesora ya tiene otras quejas.
Yo buscaba también que la niña perfeccionara su español y también, sé que la educación aquí en México es obligatoria, libre y gratuita, entonces, por esa razón me acerqué a ese recinto educativo, pero ésta persona no se portó nada bien», indicó la mujer.